jueves, 28 de abril de 2011

La gran muralla china

Gracias a Juan Ángel y a Mari Prado por las fotografías. Es vuestra primera colaboración con aberraciones ortográficas y esperamos que no sea la última.
De todos es sabido que España se ha convertido en los últimos años en uno de los países más multiculturales del mundo. Cada año llegan a nuestro país miles de personas en busca de una nueva vida. Así pues, gentes de Marruecos, Egipto, Rumanía, China o Japón viene a España en busca de un trabajo que les proporcione la estabilidad económica que, tal vez, no encuentran en sus países.
A mí, particularmente, los que más me llaman la atención y por los que más simpatía siento son los asiáticos, ya sean chinos o japoneses. Muchos de ellos, por no decir casi todos, se pasan el día entero trabajando en establecimientos de comestibles, comercios de ropa tiendas de complementos de ropa o restaurantes de comida asiática. Ellos reforman los locales comerciales, montan los escaparates, el mobiliario de la tienda…, en fin que son muy apañados.
Sin embargo tienen también su talón de Aquiles y para regocijo de nuestro este es el castellano. A pesar de que en muy poco tiempo son capaces de comprender y hablar nuestro idioma con cierta normalidad hay cosas que se les escapan, no sólo en la pronunciación sino también, y esto es más grave, de forma escrita. Aquí tenemos un ejemplo.



Resulta curioso que ellos entiendan los complejos ideogramas del japonés o los sinogramas del chino y no sean capaces de distinguir entre un fonema consonántico sordo [t] y un fonema consonántico sonoro [d].  No quiero que esta entrada sea interpretada como un ataque contra nuestros queridos amigos asiáticos, sino como un muestro de los derroteros que puede tomar nuestro idioma, ya que al igual que tenemos el español de América pronto tendremos el español de los asiáticos.
Gracias Juan Ángel y Mari Prado por las imágenes.  

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